Desde el ibón de Baños, uno de los pocos ubicados a pie de coche y en un entorno humanizado desde época romana por las fuentes termales que aquí manan, un recorrido muy accesible lleva hasta los ibones de Ordicuso, dos pequeños lagos, apenas de 0,2 y 0,3 hectáreas, pero puros ejemplos de todos los valores naturales de los lagos de montaña, con aguas claras y entorno inalterado. Así demuestra que estos dos ibones reciban también el nombre de las Ranas. El paraje ofrece también unas bellas vistas aéreas sobre el balneario desde el que se parte. El camino parte del Ibón de Baños, ascendiendo por una zona sombría hacia la Mallata Baja. Una vez alli, encontraremos una bifurcación. El camino de la derecha nos llevaría hacia la cumbre del Garmo Negro. Cogemos el camino de la izquierda, un sendero a veces poco evidente, por lo que tendremos que prestar atención a los hitos que otros excursionistas han ido formando. En un paseo de una hora y media alcanzaremos los bellísimos ibones, (en los que está terminantemente prohibido bañarse) donde podremos observar al tritón jaspeado, el tritón pirenaico, la rana bermeja y otros anfibios y reptiles. Al final habremos cubierto una ruta de casi 5 kilómetros, con 490 metros de desnivel. Es una ruta ideal para hacer con niños ya que no es muy exigente.